
Don Manuel, al adquirir su aspecto de veinteañero, vuelve a la carga con más fuerza que nunca, y no dudará en darte una hostia si él lo cree conveniente.
Cuando le pregunté "¿Por qué tiene usted un escroto en la papada?", él simplemente me dijo que ese ecroto no le hacía daño a nadie, excepto a él.
Y es que ya se sabe, Fraga está mejor siendo una momia decrépita que siendo cualquier otra cosa.
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